viernes, 30 de mayo de 2014

Izquierda Abierta valora positivamente los resultados electorales y conmina a la suma de la izquierda social y política

La Ejecutiva Federal de IzAb realiza una primera valoración de los resultados de las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, que deben considerarse como muy positivas. Lo son para el conjunto del país y de la sociedad y lo son también para la izquierda.
         El rasgo más destacado ha sido reiteradamente señalado: la crisis electoral del bipartidismo, un varapalo que va más allá de un hecho testimonial. La pérdida de más de cinco millones de votos del PP y del PSOE respecto a las anteriores elecciones europeas y más de 30 puntos porcentuales evidencia el rechazo a unas propuestas políticas que, en el contexto de la gestión de la crisis han empobrecido a la mayoría y han mostrado el compromiso de los dos partidos con las elites financieras y económicas.
         Pero ha sido también la expresión contundente de una impugnación al modelo bipartidista en su conjunto: a su ocupación excluyente de la mayoría de las instituciones, a su convivencia con la corrupción, a sus privilegios… la mayoría del país ha dicho en estas elecciones que YA es suficiente.
         La izquierda ha mejorado espectacularmente su representación. Izquierda Unida ha triplicado sus resultados mejorando con mucho su situación anterior. Y la irrupción de Podemos muestra las opciones y oportunidades que se abren para la izquierda en la construcción de un bloque social y político alternativo. Otras fuerzas como Compromis/Equo han conseguido también resultados que sumar a esta reflexión sobre la mejora de los resultados en el seno de la izquierda.
         IzAb quiere incidir, justamente, en las oportunidades que se abren en este nuevo ciclo político. La suma de votos de IU y Podemos y otros se aproxima al 20% y expresa diferentes sensibilidades en el seno de la izquierda que pueden y deben confluir: ese mismo horizonte ha sido reiteradamente vaticinado por IzAb tanto dentro como fuera de IU; la realidad constata hasta qué punto esas previsiones estaban en lo cierto.
         Era el momento, y lo sigue siendo, porque lo importante de estos resultados para el conjunto de la sociedad es que se hace tan visible como pensable la construcción de una alternativa de izquierdas transformadora a las actuales políticas austericidas.
         Desde IzAb creemos que la propuesta de un nuevo proceso constituyente en nuestro país es, desde el día 25 de mayo, una exigencia programática de la izquierda a la que representamos, y comenzamos desde YA las necesarias reflexiones y tareas para conseguir una suma que propicie el cambio político y social en España.


viernes, 23 de mayo de 2014

ELECCIONES EUROPEAS 2014 – ES EL MOMENTO DE GENERAR ALTERNATIVAS Y COMPROMETERSE POR EL FUTURO Justificación del voto a la Izquierda Plural - IU

¿Por qué son importantes las elecciones europeas del 25M?
El próximo domingo tenemos la primera oportunidad de mostrar un contundente rechazo popular  a las políticas que nos están llevando a una auténtica catástrofe social en los países de sur de Europa, en España, políticas que están aumentando la pobreza y la desigualdad social. Decisiones que se proponen e imponen en beneficio de los grandes capitales financieros y corporaciones para que estas entidades, auténticas responsables de las crisis, no dejen de obtener beneficios, sigan enriqueciéndose mientras las poblaciones estamos sufragando con nuestro empobrecimiento y nuestra pérdida de empleo, derechos y condiciones de trabajo tal transferencia de riqueza de abajo a arriba.
Y esto hay que pararlo ya!, con firmeza, en Europa y en España. Hay que parar al PP que nos gobierna con mano de hierro y hay que impedir que sigan decidiendo en Europa con el acuerdo bipartidista entre el grupo popular europeo y el grupo socialista europeo que conforman, comparten la Comisión Europea.

¿Qué se decide en Europa? ¿Qué importancia tiene el Parlamento europeo?
Algunas personas pueden pensar que Europa está lejos, que lo que allí se decide no va con nosotros (No son “elecciones para el extranjero”), pero no es así. Vivimos en un mundo globalizado, los jóvenes ya son plenamente conscientes de ello y los problemas económicos, políticos y de todo tipo tienen repercusiones en nuestro país, en muchos casos, en nuestra vida. El avance de las comunicaciones permite que conozcamos lo que ocurre en cada rincón del planeta y no podemos ser ajenos a la suerte de los pueblos del mundo.
Pero además, somos europeos y esa condición, vivida con más o menos apego o naturalidad, no es sólo una etiqueta cultural o geográfica. Somos parte de una comunidad que comparte un entramado económico, monetario, político, social y cultual que influye en cómo vivimos, qué estudios pueden realizar nuestros jóvenes, qué productos consumimos y exportamos, el valor de nuestra moneda, cómo cuidamos el medio ambiente, qué ayudas recibe nuestra agricultura, y muchas cosas más.
¿Quiénes están imponiendo las políticas de austeridad?
A partir de la crisis económica iniciada en 2008 hemos conocido la cara menos amable de las instituciones europeas. Venimos padeciendo las imposiciones de las políticas de ajuste, de la imposición de medidas de control del déficit, límites a la deuda pública y cómo todo ello está repercutiendo en incremento de la desprotección, la desregulación laboral, el deterioro de los servicios públicos, etc. Estas decisiones que ya se venían gestando desde el Tratado de Maastricht, han conformado al alternativa neoliberal para afrontar la crisis económica. Una alternativa que supone una auténtica estafa a la ciudadanía que se encuentra desprotegida frente a las decisiones de los poderosos, esos que llamamos mercados y que se visualizan como los “hombres de negro”, los enviados de la troika (Banco Central Europeo, FMI y Comisión europea). Tres instituciones no elegidas democráticamente que se imponen frente a los parlamentos y que han cambiado a los gobiernos no dóciles a sus mandatos (recordad los cambios de gobierno impuestos en Grecia o Italia hace un par de años).
Entidades que han impuesto en nuestro país el Pacto de Estabilidad presupuestaria y el cambio del artículo 135 de la CE (pactado en agosto de 2011 entre PSOE y PP cuando aún gobernaba Zapatero). Por este cambio se prioriza el pago de la deuda por encima de las necesidades de las personas y ha supuesto dejar sin sustancia la caracterización de España como “estado social y democrático de derecho”, nos quedamos sin la vertiente social porque aquí mandan los bancos y entidades del IBEX 35, los señores que se sienten en los Consejos de Administración y que, de vez en cuando, reservan un puesto a los expresidentes, exministros y otras mandatarios que les hicieron bien los deberes.
Pues bien, este panorama puede cambiarse si el Parlamento europeo que salga de las próximas elecciones cambia de signo. Si el PIE y otras fuerzas alternativas ganan peso y son capaces de impedir el pacto bipartidista que actualmente ha impulsado, ha acordado esas políticas de ajuste, de recortes sociales, de pérdida de derechos de las clases trabajadoras, de empobrecimiento y falta de esperanza.
Las instituciones de la Unión Europea están conformadas por tres elementos: Consejo de gobierno, Comisión Europea y Parlamento Europeo. Pues bien, las dos primeras están formadas por la reunión de los ministros de cada ramo de los gobiernos de los países miembros o por sus presidentes y primeros ministros o fruto de los acuerdos entre los gobiernos. Es decir, son instituciones no legitimadas por la elección democrática de los ciudadanos, sino fruto de la correlación de fuerzas, siempre desigual, entre los gobiernos de los estados. Sin embargo, el Parlamento europeo, es la única institución elegida democráticamente y, esa es una oportunidad, que ahora, más que nunca, es importante que pueda ser reflejo de lo que necesita la mayoría de la ciudadanía europea. Es la depositaria de la soberanía europea, no debe ser un títere en manos de banqueros, magnates y otros poderosos.
Aunque estos últimos años, parecía que al Parlamento europeo los partidos enviaban a sus políticos como una suerte de prejubilación dulce, esta institución es importante. El Parlamento Europeo es un instrumento esencial en una estrategia de cambio político en Europa. Con todas sus limitaciones, el Parlamento es la única institución que goza de la legitimidad popular y, por ello, puede convertirse en una poderosa caja de resonancia de la movilización y resistencia social contras las políticas austericidas y contra la gestión oligárquica de la crisis.
Y eso es así, sobre todo, porque lo nuevo de esta crisis es que ha colocado en el centro del conflicto la legitimidad del proceso de integración europea. Es decir, su utilidad, su toma de decisiones, sus perspectivas. La crisis ha traído de la mano una politización inesperada -por su velocidad- del proceso de integración.
¿Qué Europa necesitamos? Para Izquierda Unida hay que iniciar "un nuevo proceso de construcción de una nueva Europa, una mejor Europa" en la que "económicamente se termine con el 'austericidio' del PP" y en la que se realicen "reformas estructurales como la del Banco Central Europeo", entre otras.

Venimos diciendo que las elecciones del 25 de mayo serán "definitivas" para que "o se rompa o se recomponga Europa", un proyecto supranacional que se encuentra "socialmente roto" por las políticas de "austeridad" que se han llevado a cabo en los últimos ejercicios. Ahora como nunca nos encontramos con esa fractura: se atribuye a los pueblos la responsabilidad de su destino, los alemanes nos miran como “vagos”, poco productivos pero por vagos y los griegos miran a los alemanes con desconfianza, sino con miedo. Y el problema es el papel que nos hacen jugar a unos y otros, como marionetas impulsadas por los hilos del gran capital y sus dueños. Y esos hilos hay que romperlos.

Habría que decir que el entramado institucional de la UE produce y reproduce el déficit democrático crónico que padece la construcción europea desde sus orígenes. Y que ninguna reforma parcial o menor logrará reducir esa brecha democrática que cuestiona permanentemente la legitimidad de las decisiones tomadas por las instituciones europeas.

Así es que la refundación democrática de la UE es una exigencia en los tiempos de desconfianza y crisis de legitimidad. Se pueden acometer reformas parciales por ejemplo, atribuir competencias legislativas al Parlamento o incorporar la Unión Económica y Monetaria a las capacidades de control parlamentario.
Además de eso, es posible usar algunos de los instrumentos que el Tratado de Lisboa ha habilitado para dar visibilidad tanto a la resistencia como a la propuesta. Entre ellas, la Iniciativa Ciudadana Europea, una invitación para que la Comisión Europea proponga un texto legislativo en alguno de los ámbitos de competencia de la UE. Las iniciativas ciudadanas deben recibir el apoyo de, al menos, un millón de ciudadanos de siete de los veintiocho Estados miembros de la UE, alcanzando un número mínimo de firmantes en cada uno de ellos. A fecha de hoy una ICE sobre el agua y su condición de bien público ha conseguido el número de firmas suficientes para continuar el procedimiento.

¿Qué propone IU, la izquierda plural?
178 medidas concretas entre las que está dedicar el 3% del PIB de la UE a políticas de empleo.
Cambios sustanciales en 12 organismos entre ellos el Banco central europeo, nuevas directivas, derogación de otras y nuevos tratados
En política económica, empleo y lucha contra la pobreza y la desigualdad social
En primer lugar, resistencia contra los planes de ajuste. Hay que revertir los tratados de Estabilidad que fueron consagrados en la reforma constitucional exprés (art. 135 de la CE en 2011) y las políticas derivadas de ellos que liquidan el estado social, desregulan los mercados y desestabilizan las relaciones laborales. Y eso hay que hacerlo fortaleciendo un bloque político social en el que confluyan las fuerzas políticas presentes en las instituciones y los movimientos sociales.
En segundo lugar, hay que desarrollar un Plan de emergencia contra el desempleo. Hay que combatir el alto desempleo de muchos países de Europa (25 millones de parados) y España (el más alto de la UE junto al de Grecia). Para ello hay que destinar un dinero a impulsar un nuevo modelo de desarrollo que estimule la creación de empleo digno y económicamente sostenible (comenzando por  aplicar la propuesta de la CES para crear 11 millones de puestos de trabajo). El empleo debe ser la prioridad para devolver la esperanza y posibilidades de una vida digna a la mayoría social de los países del sur castigada por la crisis, los recortes y las políticas austericidas.
Estas políticas  de estímulo económico no pueden ignorar que hay que desarrollar una reconfiguración productiva de principios ecológicos: el crecimiento sin más no es la solución. Hay que impulsar una economía limpia, en sectores que no dejen huella ecológica, que no agoten recursos ni pongan en riesgo la supervivencia del planeta y las generaciones futuras, buscando empleos en sectores como las energías renovables, la agricultura ecológica, la atención a las personas mayores y dependientes, las nuevas tecnologías, etc.
Apostamos por el trabajo digno, desarrollando iniciativas europeas que acaben con el dumping social, es decir con la estrategia de deslocalizar empresas para buscar aquellos países con los salarios más bajos y peor protección laboral y social. No podemos competir a la baja en condiciones de trabajo. Para ello impulsaremos un salario mínimo europeo que sea el 60% del salario medio y también el salario máximo. No debemos consentir que mientras los trabajadores y pensionistas pierden poder adquisitivo se estén financiando salarios indecentes de unas élites que sólo piensan en su cuenta de beneficios oculta en paraísos fiscales, o se estén pactando indemnizaciones millonarias como las de los directivos de Bankia (el ej de la empresa Adveo en Ab y los salarios de directivos y trabaj).
La productividad hay que aumentarla mejorando las tecnologías, la formación de los trabajadores-as y apostando por la investigación (I+d+i), no a base de bajadas salariales y disminución de los costes de personal.
Hay que fortalecer la negociación colectiva y la capacidad negociadora y movilizadora de los sindicatos. Es preciso abolir las últimas reformas laborales (la de Zapatero y la de Rajoy).
Apostamos por reducir el tiempo de trabajo para repartir el trabajo, limitando la jornada a 35 horas. Es preciso trabajar menos y trabajar todos-as. No renunciamos al pleno empleo como objetivo.
Para poder financiar estas políticas de estímulo y protección social hay que establecer una nueva fiscalidad: Que acabe con el fraude fiscal, estableciendo impuestos a las transacciones financieras y acaben con los paraísos fiscales. Desarrollaremos una fiscalidad al servicio de las personas, no de la banca y las grandes corporaciones.
Para ello es fundamental reformar el Banco Central Europeo para que juegue un verdadero papel regulador de las políticas monetarias y haga accesible el crédito a los estados, para que llegue a las familias y a las empresas.
En IU consideramos prioritaria la defensa de los servicios públicos, los derechos sociales, laborales y políticos
Las políticas de ajuste no sólo imponen las condiciones para “el rescate” de los bancos o de los estados ante la crisis de deuda como son los límites del déficit en el 3% del PIB o el límite del gasto público. Unido a ello imponen límites al endeudamiento de los estados y de las AAPP, desregulación de las relaciones laborales, privatización y desprotección social (la reforma reciente de la Admon. local responde a esto). Y esto significa dejar en la cuneta a amplias capas de población. Sin garantía de acceso a servicios educativos, sanitarios o sociales, sin garantía de protección en la jubilación, en la enfermedad o en la dependencia, sin derechos a un futuro mejor, sin cobertura de necesidades básicas en periodos de desempleo.
Por eso vamos a luchar desde Europa, como ya hacemos en las instituciones españolas y con los movimientos sociales, por mantener los servicios públicos, por impedir que hagan negocio con ello, los deterioren y los vendan al mejor postor. Con la educación, la salud o las pensiones no se mercadea. Son nuestro patrimonio colectivo, construido tras décadas de luchas sociales, políticas y sindicales por tener unos derechos sociales garantizados con servicios públicos de calidad, sufragados con el esfuerzo colectivo para redistribuir riqueza y posibilitar mayores cuotas de justicia e igualdad social. Esas son la Europa y la España que nos están robando quienes sólo piensan en su cuenta de resultados, su margen de beneficio y su crecimiento sin límites en el mercado globalizado.
Hay mucho más en el programa de IU respecto a temas sectoriales, entre ellos el mundo rural. Apostamos por un desarrollo rural sostenible y por favorecer a la ganadería y agricultura familiar, no especulativa y que queda claramente menospreciada con la PAC que Cañete, ex ministro de agricultura, nos lega antes de su paso al europarlamento.
Contemplamos impulsar una nueva Política Agraria Común capaz de distribuir las ayudas de forma justa y priorizando a quien trabaja la tierra, ya que hasta ahora el 80% del montante total queda en manos del 20% de los beneficiarios, en su mayor parte grandes empresas y terrateniente. Igualmente son prioridades de IU la seguridad alimentaria y la garantía de abastecimiento, la defensa de la agricultura familiar y la equidad en la distribución de la renta, protegiendo el medio ambiente. Entendemos que desde Europa, mediante la PAC se debe regular el mercado para poner fin a la especulación alimentaria, permitiendo que las poblaciones rurales, como las nuestras, puedan vivir de lo que producen.
Para IU, estas medidas deben servir para frenar el abandono y envejecimiento del sector agrícola y de los pueblos. En este sentido, desde IU ya hemos mostrado un total rechazo a la reducción del 15% en la PAC, buscamos mejorar las ayudas directas y  proponemos que la misma favorezca  a las familias y no a los grandes terratenientes (propuesta de IU que no fue aceptada ya en la negociación de la actual PAC).
Es importante denunciar –y se está ocultando en esta campaña europea- el tratado de libre comercio que la UE, con el amparo de PP y PSOE que, además, lo olvidan en sus campañas, tiene previsto firmar con EEUU y que supondrá el fin de nuestra agricultura al ser imposible competir con una agricultura extensiva como la americana, ero que además pondrá en riesgo la seguridad alimentaria, el medio ambiente y hasta los servicios públicos.
En el programa de IU se apuesta por un claro apoyo público al sector ganadero para transformar y distribuir sus productos. Además, os recuerdo que IU apuesta por la prohibición del uso de organismos modificados genéticamente.
Y pensamos en una Europa inclusiva, que priorice los derechos humanos y la construcción de la paz en las relaciones con los pueblos y países vecinos.
En Izquierda Unida apostamos por una democracia de hombres y mujeres libres e iguales basada en la justicia social, ecológica y de género:
Paso a sintetizar  nuestras propuestas para la igualdad de hombres y mujeres y la construcción de una Europa feminista e integradora de la diversidad afectiva sexual.
Las mujeres somos sujetos de la crisis y sujetos de la salida de la crisis (no podemos ser arma arrojadiza en el peloteo de los dos grandes partidos, como está pasando estos últimos días de campaña). Izquierda Unida apuesta por la transformación europea también en materia de igualdad, reivindicando el feminismo y extendiendo una cultura igualitaria como elemento sustancial de una sociedad más justa y democrática.
Por eso proponemos:
-          Avanzar en los derechos sociales y económicos que permitan avanzar en la superación de la división sexual del trabajo y la desigualdad económica entre hombres y mujeres. Eso implica extender servicios públicos, pues su deterioro perjudica más a las mujeres, las empobrece y las castiga en mayor medida, les resta tiempo y oportunidades vitales. Hay que impulsar políticas que acaben con la brecha salarial (que ha crecido en los últimos años)
-          Proponer directivas contra la violencia de género que aporten soluciones preventivas y asistenciales de manera integral (en los ámbitos educativos, social, laboral, económico y jurídico)
-          Homogeneizar las normativas europeas sobre derechos sexuales y reproductivos (deben formar parte de la Carta Europea de Derechos) y que la interrupción voluntaria del embarazo, basado en la libre elección de las mujeres sea posible en todos los países de la UE, sin intromisiones  de médicos, jueces, líderes religiosos ni políticos. Apostamos por una maternidad libre y apoyada por las AAPP en forma de servicios de apoyo para fomentar la conciliación y la corresponsabilidad entre hombres y mujeres del trabajo doméstico y de cuidado.
-          Exigimos el derecho de asilo y protección para las mujeres que son o pueden ser víctimas de violencia sexual y prácticas culturales violentas. Proponemos directivas y medidas políticas que acaben con la trata, la explotación sexual y que apoyen la integración de las mujeres que han sido traficadas y violentadas.
La igualdad sí es un tema europeo, desde siempre, aunque al PP no le interese tratarlo en campaña porque le coge con las propuestas de leyes que imponen retrocesos (como la del aborto) y con las vergüenzas al aire del machismo de su candidato y el silencio cómplice del resto de dirigentes.
Y voy a terminar con dos mensajes finales:
¿Por qué es importante ir a votar?
Más del 80 % de las decisiones políticas se toman en Europa o están condicionadas por decisiones europeas. En muchos ámbitos: medio ambiente, energía, política agraria y pesquera, seguridad alimentaria, formación universitaria y profesional, economía…
Y cada vez más, desde que la crisis se hace patente y las políticas de ajustes se nos imponen desde la troika. El rumbo de Europa depende de cada uno y cada una, del conjunto de los ciudadanos europeos. Si no nos pronunciamos, si no damos nuestra opinión a través del voto, otros deciden por nosotros.
Si callamos, consentimos que nos roben la democracia, la devalúen e impongan el autoritarismo y el pensamiento único.
¿Quién se beneficia del descontento y la abstención?
El PP, sobre todo. Y el tándem bipartidista que gobierna Europa y pretende seguro gobernándola. La abstención es interpretable, un voto claro a la Izquierda plural, a IU, no. El descontento hay que canalizarlo con un potente y masivo voto crítico, a esta fuerza política a IU, a la izquierda plural.
Si los desencantados y descontentos se quedan en casa, ganan ellos, gana Rajoy, Cospedal y Merkel. Gana el neoliberalismo, tendrán la mano libre para seguir haciendo y deshaciendo a su antojo. Porque se sentirán respaldados, por los votos o por la abstención. Por los que no salen a la calle, ni a movilizarse (Rajoy dice que están con él) ni a votar. Es preciso comprender que estas elecciones europeas son más importantes que nunca.
Hay que dar un viraje a Europa, abrirla al poder de la gente, y que la gente, las grandes mayorías, depongan el poder de la troika para que ni el Parlamento europeo ni el próximo presidente del Consejo de Europa, defiendan las políticas de ajuste, de recorte, de empobrecimiento y de sumisión que nos han gobernado en los últimos cinco años.

No se puede perder ni un solo voto de izquierdas, crítico, alternativo, indignado, rebelde. Hay que cambiar Europa, y todos nosotros, todas nosotras debemos comprometernos en ello. A ello os animo.